El candidato conservador deberá disputar la segunda vuelta frente a un candidato independiente apoyado por los comunistas, según información del portal digital EL PAÍS.
En una convocatoria marcada por el porcentaje de indecisos y una acusada tendencia a la abstención, sobre todo entre los votantes más jóvenes, la República de Chipre ha votado este domingo en sus decimoterceras elecciones presidenciales, tras una campaña cuyo denominador común ha sido la recuperación económica tras el rescate financiero de 2013 y el diálogo para reunificar la isla, roto desde julio. Con el escrutinio finalizado, el presidente saliente, el conservador Nikos Anastasiadis, ha revalidado su mandato con el 35,5% de los votos, lejos sin embargo del 50% preciso para ganar en primera vuelta, por lo que deberá disputar la presidencia en la segunda ronda, el próximo 4 de febrero.
Frente a Anastasiadis, de los ocho candidatos restantes, sólo dos podían plantarle cara, según los sondeos previos: el exministro de Salud Stavros Malás, independiente apoyado por el comunista AKEL, que finalmente logró el 30,2%, y Nikolaos Papadópulos, líder del centroderechista DIKO e hijo del presidente que defendió en 2004 el no al plan de paz Annan para reunificar la isla (el 80% de los grecochipriotas rechazaron en referéndum la propuesta). Como su progenitor, Papadópulos, que quedó tercero con el 25,7% de los apoyos, defendía una línea dura con respecto a los turcochipriotas y Turquía. Malas, por el contrario, defiende que las negociaciones de paz con la denominada república turcochipriota, que sólo es reconocida por Ankara, deben reanudarse lo antes posible.
Por tanto, Malas se enfrentará a Anastasiadis el 4 de febrero y concurrirá por segunda vez a una segunda ronda, después de la que perdió ante el presidente saliente en 2013, en vísperas del rescate de la troika.
Con la promesa de reimpulsar las negociaciones para lograr la reunificación de la isla, Anastasiadis exhibe los buenos datos económicos —pese a la acusada morosidad de los bancos—, aunque sus contrincantes le achacan haber hecho recaer sobre los hombros de la depauperada clase media el peso de los ajustes requeridos por la troika de prestamistas que en 2013 aprobó el rescate del país para evitar la quiebra e impusieron el primer corralito en la Unión Europea.
Anastasiadis, que ya ha anunciado que no buscará un tercer mandato, tiene también en su haber el intento más serio de reunificar la isla —invadida en el tercio septentrional por el Ejército turco en 1974 y dividida en dos mitades, turco y grecochipriota, desde entonces— tras más de cuatro décadas de negociaciones infructuosas. Sus rivales cuestionan el logro negociador de Anastasiadis, Malas al considerar que el presidente saliente no fue lo suficientemente valiente como para cerrar un trato; Papadópulos afirmando al contrario que el mandatario hizo demasiadas concesiones.
Según el movimiento Unite Cyprus Now, que reúne a ciudadanos greco y turcochipriotas a favor de la reunificación de la isla, dos tercios de los votantes apoyaron a candidatos que defienden abiertamente una solución federal. (EL PAÍS)