Tras 20 horas de debate ininterrumpido el Congreso argentino sigue sin votar la ley para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo. Las exposiciones han esgrimido argumentos en favor del cuidado de las vidas de las mujeres y la necesidad de una regulación integral que contemple la educación y la contención. Aunque tampoco faltaron quienes compararon a las mujeres con las mascotas o al aborto con un método anticonceptivo.
Las calles adyacentes al Congreso fueron desbordadas de manifestantes de ambas posiciones, a favor del aborto legal, seguro y gratuito, distinguidas con pañuelos verdes, representando la Campaña Nacional que presentó el proyecto de ley. Muchas jóvenes y muchas mujeres, miles, que incluso resistieron el frío acompañando el debate desde las pantallas gigantes instaladas para la ocasión.
También estaban los militantes de “salvemos las dos vidas”, familias, gente mayor y más hombres que mujeres. Sin embargo si los votos se definieran por la presencia callejera, los pañuelos verdes deberían obtener una ventaja de 10 a 1.
Los dos meses de sesiones de comisión parlamentaria llevaron la discusión a posiciones de mayor conocimiento de la problemática y varios congresistas admitieron que cambiaron su voto gracias a la información aportada por los más de 700 expositores.
El reclamo para que la Iglesia no se inmiscuya en la aprobación, o no, de leyes quedó instalado en la sociedad y la Argentina ya no volverá a ser la misma. Al término de este informe la votación no había comenzado y quienes cuentan los votos de la cámara aseguran que está dividido y parejo el resultado, que seguramente se defina por un voto en cualquiera de los dos sentidos.