Punto Noticias.- El economista Jonathan Báez explicó el anuncio de las recientes reformas laborales en Ecuador. Estas medidas corresponden a un primer paquete, y son anuncios que ya se esperaban, dijo.
Para Báez esto se veía venir desde la aprobación de la Ley de Fomento Productivo (2018). En ese momento, se entregó beneficios al empresariado y también hubo voces que pedían un nuevo Código Laboral. Luego, vino la firma con el FMI. «Eso apalanca con más fuerza las nuevas condiciones de empleabilidad que va a tener el país».
El segundo paquete viene anclado a la Ley de Fomento Productivo II, indicó el economista. A eso sumar que «quizá venga con procesos de precarización un poco más sutiles». Báez se refirió al hecho, por ejemplo, de que exista mayor flexibilización en los contratos para una mayor incorporación a plazas de trabajo.
Pero, el economista cuestiona la premisa de cierto sector empresarial: Ecuador tiene una costosa incorporación de la mano de obra. Pero, «eso carece de evidencia empírica».
Báez recordó que hubo un titular revelador cuando se discutía la eliminación de la tercerización y la contratación por jornada laboral (el Mandato Constitucional No. 8). El texto decía: «Empresarios advierten mayor desempleo si se elimina la tercerización», que circuló en marzo del 2008. Entonces:
Vemos que existe una especie de chantaje con el empleo, del empresariado hacia los gobiernos, para captar posiciones de decisión. Por ejemplo, si tú no haces que la forma en la que yo emplee sea de lo más beneficioso para mí, como empresario, yo no voy a contratar.
Ese tipo de beneficios también se ve en la parte fiscal, agregó. «No hay relación empírica. No tiene nada que ver que se le reduzcan impuestos, con que puedan emplear más». Es decir, que cierto sector del empresariado busca ganancia. «Si tú me generas a mí ganancias, yo voy a contratar a esa persona». Dicho eso, Báez planteó hacerse la siguiente pregunta: ¿qué tanta capacidad productiva tiene el sector empresarial para absorber fuerza de trabajo?
El economista subrayó, finalmente, que las formas precarias de contratación no generan más empleo y minan las posibilidades de que el país tenga un crecimiento sostenido.
Quiero que quede claro que hay la posición de cierto sector empresarial que, en este momento, está enquistado en la toma de decisiones de las políticas públicas (…) Van a seguir con esta especie de chantaje con el empleo y los impuestos. Va a ser fundamental para el país que la ganancia que capture esta élite empresarial no fugue del país.
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