Uno de los pilares de la campaña electoral que llevará a la presidencia de Chile a Sebastián Piñera era la de hacer crecer al país y sacarlo del “estancamiento” en el que lo había metido Michelle Bachelet.
Piñera esgrimía datos que demostraban que durante su gobierno la pobreza había descendido, mientras que en el de la Nueva Mayoría, la pobreza aumentó. ¿Pero qué datos usaba Piñera? El expresidente que volverá a ocupar el Palacio de la Moneda utilizaba un informe del Banco Mundial, entidad que tras la publicación de un artículo en el Wall Street Journal, admitió haber manipulado los datos.
Es “Muy preocupante lo ocurrido con el ranking de competitividad del Banco Mundial. Más allá del impacto negativo en la ubicación de Chile, la alteración daña la credibilidad de una institución que debe contar con la confianza de la comunidad internacional“, escribió en Twitter la presidenta, sobre la manipulación que puede haberle costado la discontinuidad en el poder a la centroderecha.
El Banco Mundial, por su parte, emitió una declaración negando que los datos pudieran ser modificados por “influencias políticas” y que investigarán lo ocurrido. El economista jefe del Banco Mundial, Paul Romer, había reconocido que los datos del ranking de competitividad fueron manipulados para afectar al gobierno de Michelle Bachelet.
Pese a la insistencia de la entidad financiera estadounidense en la utilización de datos duros, aparece ahora señalado como supuesto responsable de esta maniobra el economista Augusto López-Claros, quien ocupó el cargo de director de Indicadores Globales y Análisis del Banco Mundial, quien tiene vínculos con el exministro secretario general de la Presidencia durante el mandato de Piñera, Cristián Larroulet.
Los ingredientes para sospechar de una conjura están a la vista. La Nueva Mayoría también podrá sentirse víctima de una entidad en la que los gobiernos sin soberanía confían ciegamente.