Ayer se presentó un informe de 811 páginas, donde se describen las penas otorgadas a las personas que estuvieron involucradas en el asesinato del expresidente chileno Eduardo Frei Montalva, ocurrido en 1982.
La investigación llevó casi 20 años y es la primera vez que se condena en Chile por el asesinato de un presidente, lo que se denomina magnicidio.
El 22 de enero de 1982 pararon los signos vitales de Frei por obra del doctor Patricio Silva Garín, a quien se condenó a diez años de cárcel, inhabilitación absoluta y perpetua para ejercer cargos y oficios públicos por envenenar a quien fuera presidente de Chile entre 1964 y 1970.
Como coautores fueron condenados a siete años de prisión el exagente de la Inteligencia del dictador Augusto Pinochet, Raúl Lillo Gutiérrez y a quien fuera chofer del presidente, Luis Becerra Arancibia.
Como cómplice del crimen fue condenado otro médico a 5 años de cárcel y a tres, los dos médicos que ocultaron la autopsia de Frei.
Eduardo Frei Montalva era abogado y periodista. Participaba en el partido Demócrata Cristiano de Chile y era presidente del Senado en el momento del golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende en 1973. Pese a haber apoyado la llegada al poder de Pinochet, se convirtió luego en opositor, hasta el punto de ser asesinado por orden del genocida.