Las lluvias torrenciales están haciendo estragos en el sur y centro de Nigeria. Ya son más de un centenar las víctimas mortales y los desplazamientos empiezan a ser de multitudinarios.
Democracy Now! Destaca las palabras de uno de estos desplazados, Blessing Solomon “Cuando llegó el agua, creímos que era agua de lluvia normal, de modo que no creímos que iba a llegar a esto, ¿entiendes? Cuando el agua entró en la primera habitación, creímos que no era importante, que era una broma, luego el agua entró en mi habitación y entonces supimos que sí, que era algo muy grave, así que todos empacaron… Algunos no tenían a dónde ir, como yo. No tengo a dónde ir, pero les pedí a mis amigos si podía apretujarme con ellos en Felele”.
La falta de previsión y de comunicación con la publicación ha hecho que la gente debiera movilizarse con lo puesto, dejando tras de sí, casi todas sus pertenencias. En las regiones afectadas por el temporal se decretó el “desastre nacional”.
El agua subió mucho más de lo previsto, generando el desborde de varios ríos, que arrollaron con todo a su paso. La Agencia Nacional de Gestión de Emergencias advirtió que lo peor todavía está por venir, ya que la temporada de lluvias continuará y se esperan lluvias torrenciales para los próximos días.
Además d elas viviendas y las víctimas mortales, las tierras anegadas, han quedado destruidas por la fuerza de las corrientes. En algunos casos, la inundación se produjo en menos de tres horas, haciendo imposibles las respuestas de los habitantes.
El gobierno de Muhammadu Buhari ha habilitado fondos extras para facilitar los servicios médicos y de socorro, para atender a la tremenda demanda creada por el fenómeno natural.