En una votación de la Comisión Europea de la que participaban expertos, se decidió por 18 votos a favor, 9 en contra y 1 abstención que el herbicida creado por Monsanto, el glifosato, será legal por cinco años más.
El glifosato es la sustancia más utilizada en el mundo para eliminar la vegetación no deseada en los cultivos agrícolas y también en jardinería. Su uso elimina todo vegetal vivo que no haya sido tratado previamente genéticamente para su supervivencia al poderoso veneno.
Al glifosato no se lo considera dañino para los animales, puesto que su composición está preparada para inhibir el crecimiento de las plantas. Ese efecto no se produce en los animales que lo consuman, pero la exposición al producto tiene efectos devastadores.
Pese a que su comercialización sigue siendo libre y tras el vencimiento de la patente, ahora hay más de 200 empresas que lo fabrican, hay estudios que demuestran que es una sustancia cancerígena.
En Europa está prohibido en casi todos los países su utilización en la agricultura, por lo que el cálculo sobre el daño del producto se basa en las cantidades que uno puede ingerir cuando se alimenta y que, pareciera, ser inocuo.
El problema sigue siendo cuando se utiliza de manera intensiva en los cultivos de granos como la soja, el maíz o el trigo, donde su aspersión ha generado miles de casos de cáncer en la Argentina y otros países.
Pocos laboratorios en el mundo se animan a dictaminar los efectos nocivos de este producto que ha invertido cientos de millones de dólares en el lobby farmacológico para ser considerado un producto apto para el consumo humano.