Cerca de Quebec están reunidos los miembros del G7, las siete potencias que debatirán sobre la guerra comercial que viven los Estados Unidos con China, el acuerdo con Irán y temas referidos a la agenda de la mujer.
Justin Trudeau, primer ministro canadiense será el anfitrión de la canciller alemana, Ángela Merkel, la primera ministra británica, Theresa May, del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, del francés, Emmanuel Macron, del japonés Shinzo Abe y del representante de Italia, Giusseppe Conte.
Trump proponía reincorporar a Rusia a este grupo, algo a lo que la Unión Europea se opone de manera tajante. Otro tema que será controversial es el de la lucha contra el cambio climático, tratándose de varios de los países más contaminantes del globo y siendo Trump un negador de la existencia de este problema.
La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres será abordado en esta reunión, pese a no encontrarse ningún referente de estas demandas entre los participantes, aunque quizás Canadá pueda presentar las mejores credenciales al respecto.
Se calcula que entre los siete países poseen el 64 % de la riqueza global. También fueron invitados por Canadá a participar de esta cumbre a la Argentina, Bangladesh, Haití, Jamaica, Kenya, Islas Marshall, Noruega, Ruanda, Senegal, Seychelles, Sudáfrica y Vietnam.
Algunos líderes europeos lamentaron que Trump busque “cambiar el orden internacional” y criticaron el incremento de aranceles a los productos canadienses, mexicanos y de la Unión Europa para su ingreso en los Estados Unidos. Sin embargo, el magnate de la construcción toma esta cumbre como una ocasión para mejorar las condiciones comerciales de su país y va dispuesto a dar guerra.
El despliegue de seguridad en la pequeña ciudad canadiense es muy importante.