Nawaz Sharif fue condenado por un tribunal anticorrupción a diez años de cárcel. Sharif había sido Primer Ministro de Pakistán y ocupando ese cargo cometió delitos de corrupción.
La Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) calificó la sentencia a su líder como “un episodio negro en la historia” del país.
El político fue tres veces Primer Ministro y continúa siendo una de las figuras más poderosas del país. Su hija Maryam también fue condenada a siete años de prisión.
Sharif está en Londres acompañando a su mujer, quien recibe tratamientos paulativos por un cáncer que la tiene aquejada. De hecho, el exjefe de estado es propietario de cuatro pisos de lujo en los barrios más prestigiosos de la capital británica, que no pudo justificar con sus ingresos.
A su vez, recibía dinero de una empresa offshore perteneciente a su hijo y que salió a la luz en el momento que se revelaron los nombres del bufete Mossack Fonseca en los Panamá Papers.
Tres de los cuatro hijos de Sharif tenían cuentas en paraísos fiscales desde donde controlaban sus propiedades en Londres.
Desde la Liga Musulmana de Pakistán, que preside el hermano de Nawaz, Shahbaz Sharif, aseguran que se trata de una persecución política y que “no hay pruebas legales sólidas”.
Siendo Primer Ministro, Sharif acusó al exdictador militar Pervez Musharraf de traición, motivo por el que se considera perseguido.