Giovanni Ponce, director nacional de Investigación Antidrogas, explicó que, para cumplir con este procedimiento, se cuenta con un presupuesto de $70.000.
Punto Noticias. Con el aumento del contrabando y el tránsito de sustancias estupefacientes por el Ecuador, desde Colombia hacia México, EEUU y la Unión Europea, el jueves pasado se destruyeron 9,3 toneladas de cocaína en una operación que ahora se ha vuelto algo casi cotidiano en el país.
Así lo informó el Ministerio del Interior y afirmó que este proceso de incineración fue parte de las 100 toneladas de sustancias ilegales que se prevén destruir durante los próximos dos meses.
Giovanni Ponce, director nacional de Investigación Antidrogas, explicó que, para cumplir con este procedimiento, se cuenta con un presupuesto de $70.000. En el Ecuador actualmente existen dos mecanismos para eliminar la droga incautada. El primero es la encapsulación, que consiste en triturar el narcótico para luego mezclarlo con cemento y otros aditivos, mientras que el segundo método es la incineración de la droga.
Sin embargo, el proceso de eliminación más común es la combustión, que consiste en la incineración de la droga. Dicho proceso se realiza en gestores ambientales, cuyos hornos alcanzan temperaturas de hasta 1100 °C de temperatura y reducen los alcaloides a cenizas, que posteriormente son desechadas mediante un procedimiento seguro.
El ministro del interior, Patricio Carrillo, tras el proceso del jueves, explicó que el Gobierno prevé un proyecto para construir un centro especializado para la destrucción de la droga incautada localizado en la región costanera del país; ya que la droga se decomisa en las costas del Pacífico, en la cercanía a los puertos y la frontera, pero se debe trasladar a la Sierra, donde están los hornos”, que implica un alto riesgo y provoca que en cada traslado se emplee un fuerte contingente policial.
Adicionalmente, la demora en los procedimientos de eliminación de estas sustancias radica en que, durante la destrucción del material, se debe contar con la supervisión de un juez, un delegado de la Función Judicial, uno o más funcionarios de la Fiscalía y de la Policía; y finalmente, para cada destrucción se requiere de una orden judicial, un procedimiento que consta en el Código Integral Penal
En el Ecuador, durante el año pasado ya se incineraron 104 toneladas de estupefacientes; no obstante, desde enero hasta el 21 de abril de este año, se han quemado 46 toneladas; una cifra que demuestra que el aumento en los flujos de la sustancia ilícita hoy es más abundante, y que podrían continuar aumentando debido a la presencia cada vez más constante de grupos delictivos que pelean por el control de las principales rutas de tránsito clandestinas que atraviesan el territorio nacional.
Redacción: Ángel Cóndor