Tras el paso del Papa Francisco por Chile y su negación de los abusos cometidos por curas de la iglesia católica, las denuncias empiezan a visibilizarse. El canal 13 de televisión emitió un programa que describe la existencia de un grupo de sacerdotes conocido como “La Cofradía”, que cometían delitos sexuales.
14 sacerdotes de la diócesis de Rancagua, en el centro del país, fueron removidos de sus cargos por la presunta implicación en casos de abusos sexuales. “Se ha tomado conocimiento, fundamentalmente por lo expuesto por los medios de comunicación, de que estos sacerdotes han incurrido en acciones que pueden constituir delitos tanto en el ámbito civil como canónico”, explicaron a través de un comunicado.
“Queremos señalar que no contamos con antecedentes de que las acciones de los sacerdotes suspendidos sean constitutivas de delitos desde el punto de vista jurídico. Por ello se está cotejando toda la información que se posee y las medidas pastorales que se adoptan tendrán relación a ello”, advierten desde la diócesis.
Desde la organización se pidió que los delitos sean denunciados, pidieron perdón y aseguraron ser solidarios con las víctimas de estos crímenes y haber aportado toda la información de la que disponen al Vaticano.
Desde la Santa Sede se anunció el recibimiento de un segundo grupo de víctimas de abusos sexuales del párroco Fernando Karadima. Se trata de cinco sacerdotes que fueron abusados mientras estaban bajo el cuidado del pederasta.
En contraposición a estas medidas, el arzobispo chileno Ezzati pidió “misericordia” para los curas que cometieron abusos sexuales y el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, consideró “desvíos” y “errores personales” a los delitos cometidos por los pastores de su comunidad.