Una vez más los sindicatos franceses vuelven a movilizarse contra las medidas de austeridad propuestas por el presidente Emmanuel Macron. Ahora son los trabajadores del Estado quienes salieron a las calles.
Más de 100 acciones descentralizadas se realizaron en todo el país y una marcha en la capital reunió a más de 15 mil personas.
Se denunció la precarización de las misiones públicas y la degradación de las condiciones de trabajo, además del congelamiento de salarios.
El gobierno pretende recortar el presupuesto del sector público con la supresión de 120 mil puestos de trabajo, pasando a miles de trabajadores a contratos precarios que resultarían más baratos para el Estado.
“Los servidores públicos han sufrido un proceso de degradación de su estatus durante muchos años, y las políticas del gobierno de Macron solo lo están empeorando”, cuestionaron los sindicatos en la convocatoria.
Nuevamente en París se registraron algunos altercados que permitieron a la policía usar gases lacrimógenos y cañones de agua contra los manifestantes, volviendo a desprestigiar las movilizaciones y los reclamos de los trabajadores.
Los encapuchados, ajenas a las manifestaciones, volvieron a empañar las protestas.
El sábado 26 está prevista otra movilización “contra el incendio Macron, un tsunami popular”, convocada por organizaciones sindicales y políticas, donde convergerán los grupos más activos: los ferroviarios, los funcionarios públicos, los estudiantes y los jubilados.