La medida se adoptó sin previo aviso, dejando a los estudiantes de las zonas rurales con un nuevo problema.
Veinte maestros del distrito Ibarra, en la provincia de Imbabura, fueron desvinculados del magisterio, por decisión del Ministerio de Educación. Marcelo Manosalvas, uno de los profesores despedidos, llevaba participando en el proceso educativo más de dos años. Y por eso le parece injusto que su labor haya culminado de manera abrupta.
Él comenta que, pese a la pandemia, iba con sus compañeros a trabajar de manera presencial a la institución. La escuela, al estar ubicada en la zona rural de Peñaherrera en Ambuquí, a tres horas de distancia desde su domicilio, carecía de conectividad a internet, y el proceso de aprendizaje era dificultoso para todos los alumnos.
“Las instituciones educativas requieren inversión en infraestructura. Se requieren más docentes. En la institución donde yo trabajaba, había cuatro profesores, para atender de inicial hasta la educación básica. Cada maestro debía estar con dos paralelos, ni siquiera en dos aulas diferentes, sino en la misma”.
Henry Guatemal, presidente de la UNE Imbabura, expresó en Diario El Norte su solidaridad con los maestros desvinculados. “Antes de la pandemia existía un déficit de maestros. Hoy no se han llenado las vacantes de los docentes jubilados. Hay docentes que han renunciado por enfermedades”, indicó.