Es un discurso político, donde el ministro comenta los supuestos beneficios de la negociación pero detrás hay costos, agregó.
El exministro de Finanzas, Carlos de la Torre, resaltó que el discurso del Gobierno sobre la renegociación de bonos suena bonito, pero en realidad todo está siendo tratado como un crédito bancario o refinanciación de una tarjeta de crédito, cuando el país necesita un verdadero alivio fiscal: “Para poder salir del hueco de la economía tan grave en el que nos encontramos”.
El economista indicó que la supuesta renegociación se dio por el valor nominal de los bonos, cuando en el mercado han bajado a un 30% o 35%. Para explicar mejor el tema, ejemplificó con el caso de un vehículo cuyo costo inicial es de USD20.000 pero con el paso del tiempo en el mercado ese auto se encuentra por un valor de USD10.000, sin embargo el comprador negocia por los USD20.000 y no los USD10.000, recibe un descuento de USD2.000, lo compra en USD18.000 y después quiere que le aplaudan porque se ha ahorrado USD2.000 y le han dado facilidades de pago: “Es el peor negocio de la vida porque el valor del vehículo no era USD20.000 sino USD10.000”
De otro lado detalló que la baja de intereses tampoco existe porque los mismos se colocaron en un bono adicional, es decir se los capitalizó y ahora el Ecuador pagará interés sobre interés: “En la práctica no hay beneficio”.
De la Torre, indicó que los inversionistas son conscientes de los riesgos que corren al adquirir bonos, sin embargo nunca pierden su capital sino únicamente varía el porcentaje de intereses que cobran y cuando el riesgo país cambia esos bonos pueden pasar a otros tenedores: “Pasan de mano en mano, depende de los inversionistas arriesgados”.
En ese contexto puntualizó que de esta dinámica se benefician actores ecuatorianos que pueden acceder a información privilegiada para adquirir los bonos, como en el año 1994 donde se conoció que un exministro de Finanzas y hasta un expresidente de la República fueron tenedores.
“Esto es algo que se da normalmente en países como el nuestro donde hay poca institucionalidad y hay aprovechamiento para usufructuar del país”.
Con esa base, reiteró que efectivamente los bonistas aceptaron la supuesta negociación porque les conviene ya que no solo recibirán el capital sino además se están asegurando un monto adicional, de ahí que calificó como político el discurso del ministro de Finanzas, Richard Martínez.