Tercera Emisión Punto Noticias – El coronel en retiro, Alberto Molina, explicó que el Estado no ha llegado a la frontera norte. Ecuador tiene tres provincias que limitan con Colombia, “y 740 kilómetros de control. Hoy mismo, el Comandante del Ejército daba cuentas de haber descubierto una base en el cantón Putumayo”.
En ese cordón fronterizo, Molina precisó.
“El Estado no ha llegado; debe llegar porque es el complemento a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional que tienen sus misiones que cumplir. El Estado tiene que llegar en toda su magnitud. Con carreteras, con hospitales, escuelas. Atención, digamos, a los agricultores. Es decir, con servicios básicos. Solo así ellos se identifican con el país, porque saben que están siendo atendidos. Pero si eso no sucede, todos estos grupos que delinquen y están justamente en la frontera, los aúpan, les pagan. O les intimidan”.
Por otra parte, Molina recordó el Libro Blanco de la Defensa Nacional, del 2006, en materia de seguridad nacional.
“En la actualidad las amenazas a la seguridad más significativas son aquellas que se derivan de riesgo de extensión de situaciones de violencia, más allá de las fronteras con acciones de fuerza, provenientes de grupos ilegales armados y con diverso grado de incidencia en narcotráfico, el tráfico ilícito de armas, el crimen organizado transnacional y el terrorismo”.
Cuando el Estado colombiano firma la paz con las FARC, “lo primero que dijo Correa es que hay que disminuir las fuerzas armadas”. Molina recordó la guerra del Cenepa y cómo ocurrió la desmovilización en la frontera.
“Yo me permití decir que en la guerra del Cenepa, una vez que hubo el cese del fuego hasta que fin del conflicto y vuelven las tropas a sus cuarteles; la MOMEP duró más de cuatro años su presencia. Entre dos Estados. Imagínate un grupo de ilegales al margen del Estado. De ahí surgen el grupo que no obedecieron a la dejación de las armas. Los disidentes de las FARC. En un lugar como son los dos departamentos que limitamos nosotros. Especialmente Putumayo, donde hay la mayor cantidad de plantaciones de hoja de coca. Lo mismo de los laboratorios y de la minería ilegal. Cómo iban a dejar ese gran negocio. Imposible. Los disidentes están ahí bien armados, conocen el escenario y manejan armas importantes”.
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