Con dos meses y medio de campaña electoral tendrán lugar las próximas elecciones generales en España el 28 de abril, según confirmó ayer el presidente Pedro Sánchez, luego de que su gobierno quedara malherido tras no aprobársele el presupuesto.
Con apenas ocho meses en posesión del cargo, al que llegó luego de sacarse del medio al dirigente del Partido Popular Mariano Rajoy, cabecilla de una trama de corrupción que ha dejado muy mal plantado al partido, aunque asegura ser inocente y la justicia avanza de manera muy lenta, Sánchez debió convocar a elecciones anticipadas luego de que el Partido Socialista perdiera la gobernación de Andalucía y comenzaran a disgregarse los apoyos a su mandato.
Para Sánchez su gobierno fue de “izquierdas y europeísta” y resaltó que España se convirtió en el país con mayor cantidad de mujeres en el gabinete “entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos”, organismo del que participan 36 países.
Entre las medidas que destacó desde su alocución en el Palacio de gobierno estuvieron los aumentos de los salarios de los empleados públicos y del salario mínimo interprofesional, además de una revalorización de las pensiones.
De hecho, los partidos de derecha aprovecharon estas medidas para oponerse al presupuesto elaborado por los socialistas por considerarlo “inviable”. Sánchez les respondió diciendo que sus decisiones afectan “el bienestar de la ciudadanía”, ya que su programa era el “más social de la última década”.
El debate sobre la independencia catalana bulle en España, ya que comenzó el juicio contra quienes se autoproclamaron independientes.
La campaña de la derecha se basará en la discusión sobre la posible ruptura de España que buscan los independentistas y la docilidad de los socialistas, al estar dispuestos a dialogar con los catalanes.