La diplomacia estadounidense vuelve a generar tensiones. Tras la inauguración de sede diplomática en Jerusalén, contraviniendo a Naciones Unidas y atizando el conflicto palestino-israelí, ahora decidió abrir una embajada en Taiwán, consolidando la guerra económica contra China.
Ayer, incluso sin mantener lazos diplomáticos oficiales, Washington inauguró unas oficinas en Taipei que se llama Instituto Americano en Taiwán (IAT) y que funcionará como embajada, con 500 empleados, despliegue de marines estadounidenses para su seguridad y una superficie de 6,5 hectáreas. Se calcula su costo en 250 millones de dólares.
La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el primer ministro, William Lai, estuvieron en el evento de inauguración, confirmando la importancia estratégica de este despliegue.
“La amistad entre Taiwan y Estados Unidos nunca ha sido más prometedora”, dijo la presidenta isleña durante la inauguración. El presidente del IAT, James Moriarty, por su parte calificó la inauguración de la sede de representación como un símbolo importante del compromiso entre EE.UU. y Taiwan, explicaba el medio Página/12.
Pekín ya mostró su preocupación al respecto, a través del portavoz de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, quien aseguró que el envío de funcionarios estadounidenses a Taiwán es una violación del principio “una sola China” y que ya existen quejas precedentes del gobierno chino a los Estados Unidos por la relación que mantiene hace años con este enclave colonial.
“Interfiere con los asuntos internos de China y tiene un impacto negativo en las relaciones entre China y Estados Unidos. Instamos a los Estados Unidos a cumplir con su promesa a China y a corregir su error para evitar dañar las relaciones con China y la paz en el Estrecho de Taiwan”, expresó Shuang.
Trump ha vendido armas a Taiwán y ha confeccionado una ley para evitar las limitaciones a viajes oficiales de funcionarios de ambos países. Tensar la relación con China, mientras se negocia el desarme nuclear con Corea del Norte, no parece ser una estrategia coherente.
El cerco diplomático chino contra Taiwán persiste, frente al independentismo que muestra el gobierno taiwanés, que perdió a manos chinas a tres exsocios: Panamá, Burkina Faso y República Dominicana.