Mientras el presidente Donald Trump visita Puerto Rico y le lanza rollos de papel higiénico a los damnificados por el paso de huracanes por la isla, el Departamento de Estado expulsó a 15 diplomáticos de la embajada cubana en Washington.
Bruno Rodríguez, el canciller de Cuba consignó que se trata de una medida injustificada y un acto político inaceptable. Estados Unidos continúa alegando que Cuba no hizo todo lo que estaba en su mano para prevenir unos supuestos “ataques sónicos” contra la embajada norteamericana en La Habana.
Los problemas de salud alegados por los trabajadores diplomáticos estadounidenses en La Habana no han sido especificados y no se conocen las verdaderas causas, por lo que el canciller pidió que no se politice el asunto, ya que podría conducir a un retroceso en la relación entre ambos países.
El 16 de junio, Trump había anunciado un cambio respecto de la política con Cuba de la que venía sosteniendo el gobierno de Barack Obama.
Rodríguez aseguró que Cuba cumple con todo rigor y seriedad sus obligaciones emanadas de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, en lo referido a la protección de la integridad de los agentes diplomáticos y los locales de la misión.
Y agregó que su país jamás permitirá que se afecte la salud del personal diplomático de otros países en la isla y reiteró la disposición en cooperar para que se esclarezca la situación denunciada por las autoridades de los Estados Unidos.