Estados Unidos buscó en la 48ª Asamblea General de la OEA, que tuvo lugar en Washington, suspender o expulsar a Venezuela del organismo. No pudo conseguir los 24 votos necesarios y debió conformarse con una resolución que no reconoce los resultados electorales venezolanos del pasado 20 de mayo.
En la última reunión d ela OEA, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence había solicitado la expulsión de la República Bolivariana, que volvió a ser solicitada ahora por el Secretario de Estado de la potencia, Mike Pompeo.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, denunció esta medida, calificándola de ilegal y volvió a recordar que Venezuela está en proceso de abandonar la OEA, pero que las mismas normas de la organización requieren de 24 meses para consumarse. Actualmente faltarían 11 para que Venezuela deje de formar parte del organismo internacional.
La resolución que logró ser aprobada este martes no toca el tema de la expulsión o suspensión, pero sí contiene un llamado al diálogo, el desconocimiento de las elecciones del 20 de mayo y el ofrecimiento de ‘ayuda humanitaria’ a Venezuela, “un mensaje híbrido con el que se buscaba seducir a las naciones neutrales del organismo, con el fin de acercarlas a la postura estadounidense”, señala el análisis de Misión Verdad.
Esta resolución tuvo 19 votos a favor, 11 abstenciones y 4 en contra, repitiendo la misma correlación de fuerzas del mes de febrero, donde se instó al Estado venezolano, mediante una resolución, a suspender las elecciones presidenciales.
La calculadora del embajador de Estados Unidos en la OEA, Carlos Trujillo, falló, ya que previo a la reunión había asegurado contar con los votos para esta victoria simbólica de echar a la nación sudamericana de la OEA. La correlación de fuerzas sigue inalterable desde febrero.