Por Andrés Luna Montalvo
Impedidos de llevar a cabo la jornada 5 y 6 de las Clasificatorias Sudamericanas al Mundial, debido a que nuestra región es desde hace un año el epicentro de la pandemia y muestra in vitro de todo lo que no se debe hacer con ella, los aficionados al fútbol debimos conformarnos con la Eliminatoria Europea, que no es poco, y actualmente, la más complicada del planeta.
Ya sabemos que en ese torneo participan selecciones de tercer y cuarto orden como Azerbaiyán, Islas Feroe o Gibraltar, pero es indispensable reconocer que, de los 55 participantes, apenas llegan 13, es decir, un 23%, totalmente opuesto al 50% que se le otorga a Sudamérica, repechaje incluido. Para hacer una breve y didáctica explicación, Europa se divide en 10 grupos de 5 y 6 integrantes. De esos grupos clasifica únicamente el primero y los segundos deben entrar en una fase de feroces playoffs donde apenas podrán llegar tres clasificados más. Solo por hablar de los últimos tres Mundiales, hemos visto sucumbir a Italia, Holanda, Suecia o Bélgica.
También es una verdad dolorosa el hecho de que los mejores futbolistas del planeta ya no sean sudamericanos, lo que fue una norma indiscutible durante todo el siglo veinte. Hoy son Erling Haaland (NOR) y Kylian Mbappé (FRA) los rostros de la renovación. Fue Robert Lewandowski (POL), por largo, el delantero más letal de la última Champions League y la última Clasificatoria Europea, y Luka Modrić (HRV) el mejor jugador de la Copa del Mundo 2018, seguido por Eden Hazard (BEL) y Antoine Griezmann (FRA), con semifinales y final 100% europeas. La complejidad de la Eliminatoria del “continente viejo” no solamente dejó por fuera a potencias como Holanda o Italia del último certamen, sino que nos ha impedido de ver en su esplendor a cracks que pertenecen a selecciones de mediano nivel, como Gareth Bale quien no ha podido llegar a la cita conduciendo a Gales, o el mismo Lewandowski, quien recién pudo debutar en Rusia 2018 con Polonia, y qué decir de la estrella del momento, Haaland, que deberá bregar para meter a Noruega a un certamen en el que no participa desde 1998 y ni cerca ha estado.
Finalmente, otro criterio para remarcar lo complicadas que son las Clasificatorias Europeas, es la cantidad de nuevas selecciones “chicas” que se están comiendo a las “grandes”, igualando el tablero hacia arriba: Islandia, Serbia, Bosnia y Herzegovina o Eslovaquia han firmado su inscripción en los últimos tres Mundiales, dando un amplísimo margen a la sorpresa. Así se demuestra que Conmebol y su dirigencia judicializada han hecho un pésimo trabajo durante los últimos 30 años, donde Sudamérica perdió primero a los mejores clubes, luego a las mejores selecciones y ahora, sin objeción, a los mejores jugadores.