Luego de que unos audios divulgados por la radio ABC Cardinal 730 AM revelaran un presunto fraude en las elecciones presidenciales de hace unas semanas en Paraguay, el jefe de Control de Calidad electoral, Miguel Iturburo, fue desplazado de su cargo, aunque sigue a resguardo, mientras la fiscalía no avanza en la investigación de un caso de extrema gravedad.
Los tres miembros de Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) se niegan a divulgar las actas electorales, generando mayor incertidumbre en la población.
La transparencia pública desaparece ante la negativa de las máximas autoridades electorales de mostrar las actas sobre las que pesa las sospechas, tras los dichos de Iturburo.
Los jueces políticos del tribunal intentaron desvirtuar los dichos de Iturburo y lo calificaron de “charlatán”, frente a su autoinculpación en la comisión de fraude electoral, pero no aportan ninguna prueba que desmorone sus declaraciones. Por otro lado, buscaron justificar esa inacción en que el delito se habría extinguido o caducado, algo que no puede ser nunca así, habiendo pendientes 17 pedidos frente al TSJE sobre posibles fraudes.
Iturburo dio nombre y apellido de quienes le abonaron sumas millonarias para ser favorecidos en las elecciones. Si bien fue relevado de su cargo, sigue cobrando el sueldo.