Editorial de Radio Pichincha
El dictamen de la Corte Constitucional constituye un documento histórico que advierte ya un resultado predecible en la Asamblea Nacional.
Hay varias razones, pero la principal es que el argumento central de la Corte es que la admisibilidad del juicio político es que el delito de peculado se determinó porque se enmarca dentro de los presupuestos constitucionales establecidos tanto en la Constitución como en la Ley Orgánica de Garantías Constitucionales y Control Constitucional.
Con esta decisión, además, quedan colgados en su relato todos aquellos supuestos constitucionalistas, muy gobiernistas, que señalaron que no había argumentos legales, jurídicos y constitucionales para juzgar a don Guillermo.
Y, por supuesto, también quedan colgados los medios y periodistas de la Mafia Mediática que hicieron de todo para desvirtuar las razones de fondo. ¿O acaso los Hijos Bobos, los Villavicencio, los Ecuavisas, Universos, Expresos y Teleamazonas no dieron noticias, editoriales y hasta supuestos reportajes para confundir y tergiversar la realidad?
Esto en la práctica, CONSTITUYE UN CASTIGO POLÍTICO PARA UN RÉGIMEN, PARA UN MODELO Y PARA UN MODO PERVERSO DE HACER POLÍTICA, que no empezó el 24 de mayo de 2021, sino que durante más de 10 años se fue configurando para tomarse el poder para fines protervos y para un negocio particular y privado, que solo el año pasado significó una ganancia de 100 millones de dólares para una familia.
Ahora bien… La Asamblea Nacional tiene en sus manos una decisión trascendental. Se requieren 92 votos para la destitución de don Guillermo. Los bloques legislativos saben perfectamente que la historia, el pueblo ecuatoriano y la sensatez política debe primar, más allá de sus intereses individuales. Y sabemos que no faltarán las presiones y los chantajes. Ojalá prime algo de ética en aquellos que han jugado con su voto, han cotizado su conciencia y han visitado Carondelet para negociar su curul.
Y lo que venga después es mucho más importante, pues de ser destituido don Guillermo, quien lo reemplace, bien sea Alfredo Borrero o cualquier otro, tiene en su conducta un desafío enorme: acabar con la inseguridad, mejorar la economía, generar empleo y con todo ello parar el éxodo migratorio que es un desangre dramático.
Pero no dejamos de valorar el documento emitido por la Corte Constitucional. Valga decir que revisado en cada una de sus páginas y conceptos queda claro que se jugaron, los seis jueces que votaron a favor, su prestigio y su identidad moral. PUNTO