Inteligencia penitenciaria preventiva y logística como escáneres y más herramientas deben ponerse en marcha otra vez, en el próximo Gobierno, detalló el ex Presidente del Consejo de la Judicatura.
Nuevamente hay que reparar la debacle. Ecuador, apuntó Gustavo Jalkh, vive un estado de descomposición institucional. Y eso ya se vivió; en el 2007, la Revolución Ciudadana recibió así al país. Pero, lamentó que se haya destruido todo lo que se hizo. «Estos problemas ya existieron, tuvieron solución, Ecuador encontró su modelo de desarrollo humano y seguridad».
Además, Gustavo Jalkh, presidente del Consejo de la Judicatura, recordó que la desarticulación de instituciones y el trabajo aislado que se enfrenta hoy en día tienen solución. En el 2007 se creó el Ministerio de Justicia, para que no entren las armas a las cárceles y que las bandas delincuenciales no se autogobiernen.
La CIDH, anotó, ya le dijo a Lasso, que en las cárceles hay un autogobierno y el Presidente no ha hecho nada. Estos problemas ocurrieron desde el Gobierno de (Lenín) Moreno, quien eliminó el Ministerio de Justicia.
En esa época, Ecuador era de los pocos países que no contaba con un Ministerio de Justicia y Rafael Correa lo creó para tener rectoría dentro de las cárceles, señaló Jalkh. También que en la década pasada no hubo un motín violento. Ahora, en dos años se registran más de 400 muertos en las cárceles, a partir del 2019.
Desde el 2019 se repartieron los pabellones de las cárceles. Y los presos no obedecieron más a los funcionarios sino al revés y las bandas impusieron el poder, la violencia y la muerte. Así se dejó atrás el control de la seguridad, lo que significaba para los privados de la libertad planes de vida y de salida, para reinsertarse en la sociedad. «Ahora tienen un plan de muerte», reflexiona Gustavo Jalkh.
El próximo Gobierno debe poner en marcha Inteligencia penitenciaria preventiva, lo que es una obligación del Estado, para garantizar seguridad a los ciudadanos dentro y fuera de las cárceles; también más logística, como inhibidores de señal que funcionaban y fueron desmontados, ya que no les dieron mantenimiento.
Los escáneres funcionaban, comenta Jalkh, ya que en otra época no ingresaban cigarrillos a las cárceles. «Nos criticaban porque los guías fueron detenidos y procesados por haber ingresado cigarrillos y licor a las cárceles».
También Jalkh indicó que luego de la Revolución Ciudadana se cerró la escuela de guías penitenciarios y se dejó de articular acciones. Dejó de funcionar la Mesa de Justicia, que permitió que funcionen las unidades de flagrancia y los casos sean tratados durante las primeras 24 horas. «Ecuador fue un referente en la lucha contra la impunidad en el 2016».
Para Gustavo Jalkh, ahora la única candidata que tiene claro lo que se debe hacer es Luisa González, de la Revolución Ciudadana. Los otros solo han presentado, «una lluvia de ideas».