Millones de piezas de arte se perdieron ayer en el incendio ocurrido en el Museo Nacional de Rio de Janeiro, uno de los más antiguos e importantes de Brasil.
El incendio se reportó alrededor de las 19.30, hora local y todavía se desconocen los motivos del siniestro, que comenzó una vez cerradas las puertas al público.
20 millones de obras estaban expuestas o almacenadas en este palacio fundado en 1818. Los bomberos no pudieron sofocar las llamas de una intensidad brutal.
“Hoy es un día trágico para Brasil. Se han perdido doscientos años de trabajo, de investigación y conocimiento”, afirmó el presidente Michel Temer en un comunicado de prensa.
Desde obras históricas egipcias y grecorromanas, hasta el fósil humano más antiguo encontrado en Brasil se han perdido con este incendio.
El palacio de Sao Cristovao, donde funciona el museo, es un edificio de tres pisos que había servido de residencia a la Familia Real portuguesa entre 1808 y 1821, cuando la Corona escapó de Lisboa hacia Brasil por la invasión de las tropas francesas de Napoleón Bonaparte. Luego, entre 1822 y 1889, albergó a la familia imperial brasileña y fue sede de la primera Asamblea Constituyente Republicana, entre 1889 y 1891, antes de que el edificio fuese destinado al museo.