Con más de 400 focos de incendio, se puede decir que Portugal arde. Los incendios también se extendieron a Galicia, en el norte de España.
“Podemos confirmar la muerte de 27 personas en los distritos de Coimbra, Castelo Branco, Viseu y Guarda”, dijo la portavoz de Defensa Civil, Patricia Gaspar, en una conferencia de prensa donde narraba el alcance de los incendios en el centro y norte del país.
En el país lusitano fue declarado el “estado de emergencia”, por la magnitud de la tragedia y el enorme despliegue de brigadistas para combatir el fuego, que es alimentado con ráfagas de viento de más 90 kilómetros por hora.
EL presidente del gobierno de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, explicó que en la región había al menos 15 focos de incendio y que la situación era crítica, ya que amenazaba varias zonas urbanas.
Medios españoles hablan de cuatro muertos en territorio español por culpa del fuego.
Además de miles de brigadistas, los incendios son combatidos con militares desplegados en las zonas más críticas. Toda España espera una bajada de temperaturas y la llegada de lluvias, lo que aliviaría el trabajo y permitiría controlar las llamas.
Menos mal que los voluntarios sobran para combatir el fuego, ya que el presidente Mariano Rajoy envió menos de 400 efectivos para combatir el fuego, que contrastan vergonzosamente con los 15 mil soldados desplegados en Cataluña para evitar la realización de una consulta popular convocada por el gobierno regional y que había sido declarada inconstitucional por el Tribunal Supremo.