Puntonoticias. En los ojos de Mauricio Samaniego solo cabía el futuro. Por eso, tras sus lentes de intelectual, tras esa melena partida como la historia de este país, habitaba un revolucionario.
Y así vivía: dividido, por un lado, un insurgente y por el otro un cineasta.
Mauricio Samaniego dejó esta vida ayer durante un día de cielo encapotado, por eso eñ sector cultural y cinematográfico expresaron su dolor con mensajes luctuosos y buenas dosis de silencio.
Tenía 59 años y fue miembro de Alfaro Vive Carajo, como aparece en multitud de documentales, entrevistas y testimonios. Soportó tortura y vejaciones difíciles de superar, le llevó años vencer ese episodio, pero lo logró con una cámara el hombro.
El Penal García Moreno parió un cineasta. Mauricio empezó a estudiar dirección actoral, cinematográfico en Ecuador y España. Pronto se convirtió en profesor de guion y en director del documental Alfaro Vive Carajo en 2015, un trabajo con el que recorrió festivales y las autopistas de la web, “para contar desde adentro esa historia”.
Colaboró también con otros directores como Diego Araujo (Feriado) y Víctor Arregui (El Facilitador), en otras tantas producciones apareció como asistente de dirección, preparación de actores y casting.
Era un hombre duplicado, cuyo legado se estudia en la academia nacional e internacional. Ahora es nuestra tarea difundir su legado cinematográfico y su fértil impronta de lucha.
Una luz. Su luz.