A su criterio, el problema no es el alcalde Jorge Yunda, sino la fragmentación política en la capital.
Punto Noticias. La crisis política que vive Quito es consecuencia de 15 años sin que tengamos un alcalde con un capital político propio, de la presencia de muchas empresas electorales y pocos partidos políticos con ideología y proyectos para Quito, a criterio de la analista Selene López.
La politóloga considera que esta crisis no es responsabilidad solo del actual alcalde, Jorge Yunda, sino que responde a seis años de una gestión ineficiente para la ciudad y la falta de un plan de desarrollo.
Estas condiciones han generado incentivos para que las élites traten de capturar empresarialmente al Municipio. La remoción de Yunda no es un proceso que viene de la sociedad civil organizada, ni de los líderes barriales, advierte López.
Para López, hay una diferencia abismal entre tener aprobación y tener legitimidad, por lo que se debe analizar cuál es el trasfondo de las movilizaciones en contra de la autoridad local, cómo se está usando esta herramienta de participación ciudadana y su legitimidad.
La socióloga considera que Quito es el ejemplo de cómo el sistema de partidos se ha convertido en una práctica de políticos flotantes y votantes flotantes; es decir, durante los últimos 15 años, la volatilidad electoral de Quito ha sido muy cambiante, no hay tendencias para votar por un partido o movimiento durante mucho tiempo.
En su opinión, al Municipio han llegado partidos de alquiler, sin ningún proyecto de ciudad, sin un plan de desarrollo. Insistió en que el problema no es Yunda, como quieren ver algunos medios de comunicación y actores políticos, sino la falta de un Estado autónomo en lo local, capaz de gestionar la política pública; la falta de institucionalidad, que ha permitido que las cosas se hagan dependiendo de quién es el alcalde.
La experta en temas políticos Selene López dice que le preocupa la falta de cultura democrática en Quito.