La aprobación en la Cámara de Diputados de la propuesta del gobierno mexicano conocida como Ley de Seguridad, fue calificada por las organizaciones sociales y de Derechos Humanos como una aberración que criminaliza la protesta social.
La Ley permitiría que las Fuerzas Armadas intervengan en la seguridad interior del país. Todavía debe ser debatida por el Senado antes de su aprobación final, por eso las movilizaciones en todo el país para evitarlo y las críticas de organismos internacionales como la ONU, Amnistía Internacional o la CIDH.
El domingo en la Ciudad de México se escuchaba “No a la Ley Golpista”, “No al Ejército, sí al diálogo” y “Basta de Guerra”.
La marcha comenzó en la Estela de Luz, cerca de las 12:45 horas, aunque la policía impidió que terminaran todo su recorrido, aunque no se registraron incidentes.
Los manifestantes le pidieron a Enrique Peña Nieto que revea esta Ley y no busque la militarización del territorio.
“Para nosotros lo más importante es enfocarse realmente en fortalecer las capacidades de la policía y no convertir a las Fuerzas Armadas en una parte fundamental de la seguridad interna”, expresó la portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Elisabeth Throssell.
Andrés Manuel López Obrador, el precandidato de la alianza Juntos Haremos Historia (Morena-PES-PT), se mostró despreocupado por la Ley y llamó a no estar inquietos, ya que él será el próximo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y respetará los derechos humanos y jamás reprimirá al pueblo mexicano.