Editorial de Radio Pichincha
La comunicadora ha puesto en crisis una serie de hechos, “instituciones” y formas de hacer negocios que, particularmente en Guayaquil, estaban normalizadas en el mundo de la farándula, de la abogacía y de ese conjunto de políticos que se encumbran en los “altos círculos” sociales para llenarse de fama y de dinero, por supuesto.
Mayra Salazar, detenida desde diciembre por el llamado caso “Metástasis”, es víctima y victimaria de un sistema de redes, relaciones, negocios y hasta crímenes. ¿Alguien lo duda? ¿No son de la misma “estirpe” esos “talentos de pantalla” que se han hecho de un nombre y de una fortuna por lo mismo que ahora se acusa a Salazar? ¿No son también aquellos periodistas que por sus conexiones políticas ganan más plata de la que aparecen en sus estados de cuentas bancarias y que nos dan clases de moral?
La comunicadora ahora exhibe arrepentimiento. Pide comprensión y hasta da explicaciones de por qué llegó a relacionarse con mafiosos, no solo los narcos, sino también esos de la Mafia Mediática que saben pagar bien los favores, bien sea con el silencio, la promoción social o ascenso entre las élites oligárquicas y burguesas de este país. Lo mismo pasa con esos abogados como Muentes, que de no ser un “don nadie” entre los oligarcas pasa a vivir en la Isla Mocolí, así como otros abandonaban los ‘Guasmos’ para ir a vivir en Samborondón, aunque sea en unas casas de 80 metros cuadrados. Claro, decían: “Ahora vivo en Samborondón” con un aire de soberbia y arrogancia.
Mayra Salazar vivió más de 10 años encumbrándose en esos círculos donde hay que vender desde principios, hasta en muchos casos el propio cuerpo, sino el alma. ¿Nombres? Basta revisar los historiales de aquellos y aquellas que siendo de origen humilde, saliendo de la pobreza, se exhiben o hacían gala de gastar y de pasear con mucho lujo.
En otras palabras: ella revela el sistema que ha colocado a la derecha en el poder, a los grandes oligarcas en una impunidad total, en el terreno de la arbitrariedad legal, el negocio sucio y un modelo “maiamesco” de vida. Por eso les hace falta abogados corruptos, policías, jueces, periodistas y dueños de medios de comunicación y de empresas para “aceitar” bien la “abundancia” y el relato de que el “socialismo” es lo peor que le puede pasar a este país, que el Estado no debe meterse en nada y que mientras más liberalismo más libertad.
Que ahora la Fiscalía y su titular quieran hacer de ella la mejor pieza para armar un escándalo no es sino caer en ese juego donde lo que menos se quiere hacer es justicia. Aquí queda claro que hay un objetivo político, una revancha de quienes gobernaron en los últimos siete años contra los que se les opusieron, los evidenciaron y los retrataron en su esencia más perversa.
El caso “Metástasis” quiere tapar el caso León de Troya y el de INA Papers. De eso ya no cabe duda. Y si tienen que meter presos a los delincuentes de “Metástasis” que lo hagan, a los Muentes y demás, pero que lo otro quede en el olvido no lo permitamos pues ahí están los que forjaron y legitimaron a las bandas criminales y al narcotráfico. Ni Lenín Moreno ni Guillermo Lasso pueden quedar a un lado. Los dos tuvieron todo el poder para permitir que las mafias los protejan y les alimenten sus cuentas. Así que los “peces gordos”, los más gordos, también sean juzgados y que las “Mayras Salazar” y las demás hagan su mea culpa, paguen sus delitos y ya. PUNTO