El Senado polaco que cuenta con mayoría oficialista del partido conservador y nacionalista Ley y Justicia, convirtió en ilegal y penado con teres años de cárcel, a quien manifieste que los polacos fueron cómplices del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial y se refiera a “campos de exterminio polacos”.
El partido ha hecho oídos sordos a las advertencias de los Estados Unidos y a las críticas de Israel al respecto y continúan con sus planes de reformas judiciales.
Quienes no creen en las casualidades consideran un hecho bochornoso que esta ley se haya aprobado el Día Internacional de la Memoria de las Víctimas del Holocausto por 57 votos a favor y 23 en contra, dando muestra cabal de la mayoría aplastante que detenta el extremismo religioso nacionalista en el poder.
El presidente Andrej Duda, advirtió que antes de aprobar la ley realizará una minuciosa revisión de un texto que busca explícitamente limpiar de un plumazo la responsabilidad de los polacos en el exterminio de millones de seres humanos.
Críticos de la ley exponen el temor a las limitaciones a la libertad de expresión que esto puede generar y también consideran que se puede generar una falsificación de la historia reciente del pueblo polaco.
La medida apunta a periodistas, ya que académicos y artistas están exceptuados de esta prohibición y atacaría a cualquier mención a “campos de concentración polacos” en cualquier medio del planeta. Para el partido gobernante los polacos fueron víctimas de los nazis, nunca cómplices.
El autor polaco-estadounidense Jan Gross, describe en su libro “Vecinos”, el rol activo de los polacos en alianza con los nazis alemanes para el secuestro y futura desaparición en los campos de exterminio. Por supuesto que también miles de polacos arriesgaron su vida para ayudar a las familias perseguidas que tenían destino de muerte en los campos de exterminio.