Joaquín Moscoso, director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, informó que desde el Gobierno se está impulsando un proyecto de diplomacia cultural donde se posicionarán los edificios patrimoniales como espacios ciudadanos y no institucionalizados, como ha sucedido con el Palacio de Najas donde se encuentra la Cancillería y que hoy se abre al público.
“Abrir la puerta a la ciudadanía es un derecho (…) Y es un deber inexcusable de las Instituciones Públicas independientemente si somos culturales o de servicios”, agregó.
Las Najas es una vieja casona, cuya construcción data de la década de los años 30 y perteneció, antes de pasar a propiedad de la Cancillería ecuatoriana, al señor Josep Constantino Najas quien, por escritura pública, extendida ante el escribano Daniel Belisario Hidalgo, el 6 de noviembre de 1943, la enajena a favor del Estado ecuatoriano por la suma de ochocientos mil sucres incluyendo los muebles, jardines, lámparas de ornamentación del parque, entre otros.
“Y ahora se va a realizar una transparencia de los muros para que la gente pueda tener acceso a los jardines que van hacer rediseñados”, añadió Moscoso al explicar que se intervendrán cubiertas, fachadas, ventanas, carpintería, mantenimiento del piso de mosaico de madera de cedro.
El funcionario explicó que este trabajo realizado en el Palacio de Najas, también se impulsará en los Palacios de Quito para abrir las consideradas joyas arquitectónicas a la gente.