750 mil personas según la policía municipal de Barcelona, un poco más según los organizadores, se congregaron en las calles de la ciudad para reclamar por la libertad de los presos políticos catalanes.
Los familiares de los consejeros de gobierno que fueron cesados en sus cargos y detenidos; así como las familias de los presidentes de la ANC y el Òmnium Cultural, también en prisión, encabezaron esta convocatoria bajo el lema “Libertad presos políticos. Somos República”.
Más allá de las banderías políticas que se mueven a todo tren para posicionarse de cara a las elecciones convocadas por el gobierno español para el 21 de diciembre, los partidos soberanistas buscan capitalizar en votos estas masivas manifestaciones que se vienen sucediendo en las ciudades catalanas.
Distintas agrupaciones estuvieron representadas en la marcha, aunque las banderas comunes pasaban por la defensa de la independencia declarada por el Parlamento Catalán, el derecho a la autodeterminación, al diálogo y la puesta en libertad de los presos.
”Es evidente que si el 21-D hay una mayoría clara en votos y escaños de una comunidad que dice ‘yo quiero ser un estado independiente’, es imperativo que todo el mundo respete esta decisión”, escribió el presidente destituido de Cataluña y que se encuentra en Bélgica, Carles Puigdemont en Twitter al inicio de la manifestación.
La acusación para que estén en prisión preventiva, en libertad vigilada, en libertad bajo fianza o bajo la tutela de la justicia belga es bajo la acusación de delitos de sedición, rebelión y malversación. Junto a los consejeros del gobierno catalán, se encuentran Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, también privados de la libertad, por haber sido convocantes del referéndum independentista del 1 de octubre, en el que cargó la policía contra los centros de votación para evitar que los catalanes decidieran su futuro.