Franklin Ramírez, analista político y catedrático universitario, señaló que la fuerza del presidente de la República, Lenín Moreno, radica en el apoyo de los empresarios, grandes medios de comunicación y Fuerzas Armadas, lo cual le permite prescindir de un discurso creíble que legitime sus decisiones.
“Moreno perdió una gran base de su voto y su respaldo propio que venía de Alianza PAIS (…) Perdió el respaldo de ciertos sectores que se expresaron a su favor en un principio”, manifestó el docente al recalcar que el Primer Mandatario perdió el apoyo popular pero le queda el respaldo más fuerte de los grupos de poder que blindan su gobierno bajo ciertos condicionamientos, por lo que no debe sorprender que el Régimen responda a las expectativas de esos actores.
Ramírez explicó que luego de la consulta popular y el anuncio de las medidas económicas, el ánimo en la población no se recompuso y más bien el discurso del mandatario genera escepticismo, incertidumbre y opacidad.
“Del modo en que Moreno se refiere al conflicto fronterizo no ha contribuido a tener una compresión cabal de lo que está en juego. La sociedad no ha encontrado en los discursos políticos una clara comprensión”, detalló el analista al mencionar que el Jefe de Estado responde a instintos básicos de la opinión pública, con mensajes enigmáticos de doble comprensión y golpes de timón como el anuncio de que Ecuador dejará de ser garante en los diálogos de paz entre el ELN y el Gobierno de Juan Manuel Santos.
De ahí que señaló que entre el Primer Mandatario y los grandes medios hay una articulación que permiten blindar al Gobierno. “Esos medios que durante diez años demandaron libertad de expresión ahora blindan a Moreno y su recurso ficticio de que la unidad nacional no puede soportar la crítica al conflicto del tema fronterizo y por tanto no se puede exigir demasiado al régimen”.
En ese marco indicó que en la problemática se quieren recuperar los símbolos autoritarios fuertes como el de León Febres Cordero que vuelven a la luz pública como modo de resolver el conflicto, a ello se suma un estilo de gobierno que tiene que ver con no encarar los problemas del país de modo directo, pues para cada uno de ellos se busca sus orígenes o causas en lo que no hizo o hizo mal el régimen de Rafael Correa, “es un discurso elusivo y opaco que no produce sentido ni orientación general”.
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