Jair Bolsonaro quiere ser presidente de Brasil para devolver al país los valores de la última dictadura militar brasileña, que duró entre 1964 y 1985. Quiere que las mujeres vuelvan a la cocina y los homosexuales a los placares. Hoy por hoy, es el candidato con mayor cantidad de votos según las encuestas, luego de que Lula da Silva desistiera a su candidatura.
Tras haber sido apuñalado el jueves, Bolsonaro, fue sometido a una primera intervención de urgencia. En la noche de ayer, volvió a ser operado en el hospital Albert Einstein de Sao Paulo, al encontrársele “adherencia obstruyendo el intestino”.
Su hijo, Flavio Bolsonaro anunció en redes sociales que la operación resultó bien y que su padre volvió a terapia intensiva.
Hasta el momento solo se sabe de su agresor que se trataba de un desequilibrado con alucinaciones religiosas.
El 7 de octubre se vota en Brasil y las intenciones de voto han dado un vuelco luego de que el Partido de los Trabajadores perdiera a Lula para su fórmula presidencial. Fernando Haddad, su reemplazante, aun no supera el 10 % de intención de votos y Bolsonaro, en silencio, mejora sus índices. En realidad, cuanto menos hable el candidato ultraderechista más chances tiene de ser uno de los candidatos que participe del balotaje.