En todo el planeta se está llevando adelante el Paro Internacional de Mujeres, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Millones de mujeres recorrerán las calles de sus ciudades para ponerle fin a las violencias de las que son víctimas, para que el aborto sea garantizado por los Estados, para que dejen de morir mujeres pobres en la clandestinidad y para que la igualdad laboral deje de ser un anhelo y comience a ser una realidad.
Si todavía no están seguras de poder manifestarse, exíjanle a los hombres de su familia que se hagan cargo de sus quehaceres y las reemplacen, así aprenden y pueden intercambiar funciones. Y si lo que les faltan son argumentos para movilizarse, tengan en cuenta estos datos que aportó la Organización Internacional del Trabajo.
La OIT advierte de que las medidas actuales para reducir la desigualdad de género en el mercado laboral a nivel mundial “no son suficientes” y asegura que, de no cambiar de rumbo con nuevas iniciativas, “no se esperan cambios en los próximos años”. Un estudio de 2016 del mismo organismo explicaba que serían necesarios 70 años para que la brecha salarial entre hombres y mujeres desapareciera.
La OIT también advierte que el desempleo ha sido más duro con las mujeres en el último decenio a nivel global y esa brecha podría aumentar en los países emergentes o en vías de desarrollo.
Solo el 5 % de los cargos dirigenciales en las empresas son ocupados por mujeres. Hay que acelerar el proceso de igualación de derechos, la inercia de la historia marcha muy lenta en este sentido. Un nuevo despertar feminista podría ser el empujón para que la especie pueda dar un salto evolutivo. Ha llegado el momento.