Con Faldas Desde Pichincha – Además de escribir cuentos y novelas para niños y niñas, la reconocida escritora quiteña, Leonor Bravo, dibuja mandalas. De hecho, en un inicio ella estudió pintura “pero fui raptada por los niños cuando me invitaron a formar parte de un grupo de títeres y desde ahí mi historia cambió” nos cuenta.
Y aunque ha dedicado su vida a crear cuentos infantiles, su pasión por la pintura nunca desapareció y desde el año 2000, empezó a pintar mandalas. “Las elaboro no para venderlas; sino para obsequiarlas a mis amistades, es una forma de decir, los queremos”.
Los mandalas son unas figuras con las cuales se puede meditar o reflexionar sobre temas que sean importantes para cada persona. Su nombre en sánscrito significa “círculo o rueda”, pasando a representar su característica básica (circular); aunque pueden ser de diferentes formas incorporando todas las figuras geométricas.
Leonor las hace a su estilo para agradecer a la Pachamama, por todas las cosas maravillosas que nos da. “Comencé a hacer mandalas como una forma mínima de aportar a la conciencia de que la tierra es nuestra madre en realidad y en ese sentido debemos cuidarla como tal” dijo.
Bravo detalla que dibuja un solo mandala por año, con un tema central que cautivo en su momento al mundo entero; por ejemplo, el Yasuní.