Propone la reapertura de actividades en los temas más urgentes y necesarios, antes del cambio de color del semáforo epidemiológico.
Punto Noticias. La prefecta del Gobierno de Pichincha, Paola Pabón, cree que el cantón Quito no está listo para pasar a color amarillo en el semáforo epidemiológico, a partir del 1 de junio.
La razón fundamental para sostener esta tesis es que, al momento, el sistema de salud de la provincia está al tope, porque, prácticamente, no hay espacio para recibir a pacientes con la pandemia.
Para que la ciudadanía tenga una idea de la situación crítica que atraviesa Pichincha, a nivel de salud, la prefecta señaló que hay una sola unidad de cuidados intensivos disponible y 38 pacientes esperando ingresar.
En estas condiciones hay presión para que sean reabiertas las actividades en Pichincha y particularmente en la capital de la República, advirtió.
La prefecta propone ir a la reapertura de las actividades que sean más necesarias y urgentes, para poco a poco dar pasos para el cambio de color del semáforo. Sugirió, por ejemplo, la apertura de los parques, hasta las ocho o nueve de la mañana, para que la gente realice ejercicios y fortalezca su sistema inmunológico.
La autoridad de la provincia alertó que la situación se complicaría, porque dar el siguiente paso, cambiar de color en el semáforo de riesgos significará abrir la atención en varios sectores, como el servicio público que en Quito es enorme, que implicará que, al volumen de gente que ya está en las calles, se sume la presencia de los servidores públicos.
El cambio de color a amarillo significa también la reapertura de las empresas, comercios, servicios, hotelería, turismo, etc., que pondría en riesgo el sistema sanitario, si se extienden los casos de contagio con el virus.
Comentó que el ministro de Salud anunció, en la reunión del COE Provincial, que el Gobierno hace esfuerzos por ampliar la capacidad de respuesta, con la ampliación de 41 camas más para cuidados intensivos, hasta finales de mes. La prefecta espera que cumpla.
Paola Pabón destacó la postura de los alcaldes que se comprometieron a tomar decisiones en unidad de criterios, de manera que no perjudique a los demás cantones, como Guillermo Churuchumbi, de Cayambe, quien planteó que, después de que Quito entre a la normalidad, esa ciudad se incorporará, de manera paulatina, para evitar un colapso.
La prefecta está de acuerdo con que los cantones del noroccidente, que no tienen un número alto de contagios con coronavirus, por la poca concentración poblacional, podrían iniciar el 1 de junio, un ejercicio que ponga a prueba los protocolos, que permitían, a mediados de ese mes, que Quito, Cayambe, Rumiñahui, Mejía, con mejores condiciones, puedan estar hablando de una reapertura.