El injerencismo del gobierno argentino en Venezuela se enmarca con un plan regional para destronar a Nicolás Maduro y que responde a las directrices del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Las declaraciones de la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sobre la vecina Uruguay, no sabemos si responde al mismo eje de las embajadas o es uno de los tantos dislates a los que nos tiene acostumbrados.
El gobierno uruguayo presentó un “reclamo formal” a la Argentina por los dichos de Bullrich tras el encuentro con la precandidata del opositor Partido Nacional, Verónica Alonso.
En un video, la ministra argentina asegura que Uruguay vive un “momento de crisis” por el “incremento muy fuerte de los homicidios” y responsabilizó al gobierno de Tabaré Vázquez por su “permisividad que no ayuda a nadie”.
Bullrich indicó como solución al problema de los homicidios en Uruguay el “respaldo” a la policía, que en Argentina se conoce como el apoyo a los fusilamientos, represión y desapariciones seguidas de muerte.
El embajador uruguayo en Argentina no tardó en responder e informó al Ministerio de Relaciones Exteriores para que analice si se trata de una injerencia que merece consecuencias o no.
Las declaraciones altisonantes entre los gobiernos de ambos países no son tan habituales, pero existen precedentes que dan muestra de las deficiencias para no entrometerse en las decisiones políticas del otro país.