El 27 de octubre de 2018, Priscila fue arrastrada más de cuatro cuadras por su expareja en la av. 6 de diciembre, en Quito. La mujer, en ese entonces, tenía 14 semanas de embarazo. Sebastián C., el agresor, obligó a Priscila a acompañarlo a una fiesta en un bar aquel día.
El hombre le pegó, la pateó, la arrastró y le pisó las manos y el cuello a Priscila. El examen médico legal estableció múltiples golpes en la cabeza, brazos, manos, mamas, abdomen, piernas, incluso hasta en las uñas.
En la audiencia de juicio, el 22 de febrero, Sebastián C., se declaró culpable. La jueza España del Carmen Gonzaga acogió un procedimiento abreviado y le dictaminó una prisión de seis meses. Desde octubre de 2018, el agresor lleva cuatro meses privado de la libertad en el Centro de Detención Provisional de El Inca. Con la resolución de la jueza Gonzaga, Sebastián C. saldría libre en dos meses.
Priscila, en declaraciones a El Telégrafo, dijo: “la sentencia es una burla, que un hombre casi me mate, mató a mi bebé y solo le den seis meses, es nada”. Para Priscila, la resolución constituye un “insulto»; además, «si me pasa algo es culpa del Estado”, añadió.
La jueza Gonzaga, sin embargo, en su resolución solicitó que se investiguen dos delitos adicionales: violencia psicológica y aborto no consentido. Ramiro Román, abogado de Priscila, solicitará inmediatamente que se abran estos dos procesos.
Ellos esperan que, con estas nuevas diligencias, se sumen las penas y Sebastián C. sea condenado a más de 7 años.
FUENTE: El Telégrafo