La exfuncionaria alertó que la economía en Ecuador se está desacelerando desde el segundo semestre del 2021.
Verónica Artola, economista y exgerenta del Banco Central, desmintió al Gobierno de Guillermo Lasso respecto al crecimiento del empleo. Indicó que se están analizando los datos de manera aislada, ya que si bien las cifras de desempleo han bajado, esto se debe a que los padres de familia necesitan dar de comer a sus hijos y se pasan a la informalidad.
“La informalidad en Ecuador a diciembre de 2022 estaba en alrededor del 53%, el más alto desde 2007”
Explicó que la ciudadanía que no tiene un empleo pleno, trabaja más de 40 horas y no gana lo adecuado, mucho más los jóvenes que se encuentran con complicaciones en el mercado laboral.
“Al Gobierno se le olvida contar la historia completa de la informalidad, que es importante”
Mencionó que en cuanto a la seguridad social se ha visto un incremento en la afiliación voluntaria que no refleja un salario adecuado, sino la necesidad de la gente de no querer perder las prestaciones.
“No se están generando 450.000 empleos, son 150.000 mil nada más, no podemos seguir en esa burbuja porque no vamos a direccionar política pública en inversiones”
Respecto a la pobreza puntualizó que desde 2019 a 2023 ha bajado de 8.9% a 8.2%, mientras la pobreza extrema pasó del 25.2% al 25%, sin embargo instó a desagregar esos datos pues a nivel rural la extrema pobreza llega al 17% y la pobreza al 41%: “Entonces si necesitamos regresar a ver las políticas públicas”.
Sobre el crecimiento económico, Artola puntualizó que el país está viviendo fuertes olas migratorias que se evidencian en las deportaciones, crisis familiares, y las remesas, en esta última hay un incremento histórico pues más ecuatorianos están saliendo y ayudan a dinamizar el consumo de las familias.
“Las remesas ayudan en algo al crecimiento de la economía, pero no es real, ayuda a salir del hueco pero ¿a costa de qué? de que los ciudadanos se vayan”.
La exfuncionaria alertó que la economía en Ecuador se está desacelerando desde el segundo semestre del 2021, pues la misma depende del consumo de las familias que al no tener un empleo adecuado dejan de gastar o empiezan a endeudarse con tarjetas de crédito cayendo en morosidad.