Un estudio presentado por la Universidad Católica Argentina choca contra el relato gubernamental que dice que todo marcha bien en la Argentina y que cada vez hay más trabajo.
El estudio indica que el 38 % de las niñas, niños y adolescentes son pobres en la Argentina, a los que hay que sumar un 10,2 % que están en situación de indigencia. Casi la mitad del total de menores del país.
Más del 17 % de los infantes sufrió déficit alimentario el año pasado y un 28 % tienen necesidades básicas insatisfechas.
La destrucción de los muros de contención social y económica llevada adelante por el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, llevó a uno de cada tres niños de la Argentina a tener que recurrir a comedores infantiles.
En el ámbito educativo, el 76 % de los alumnos de primaria y secundaria acude a un colegio público y, en ese último índice, el déficit educativo «es muy elevado» y afectó en 2017 al 36,8 % de los adolescentes, según la UCA.
El plan sistemático llevado adelante por el macrismo de anular las nuevas tecnologías para las escuelas públicas, generan que los alumnos de la educación pública cuenten con 3,5 veces menos de posibilidades de acceder a ellas, comparados con los que asisten a la educación privada.
La Argentina pasó a estos datos tristísimos luego de haberse acercado al hambre cero, por primera vez en décadas, entre el 2011 y el 2014.