Hace 17 años los terribles terremotos que sufrió El Salvador, llevó a un éxodo masivo. Los Estados Unidos frente a esa tragedia humana accedió a otorgar el Estatus de Protección Temporal (TPS), a los ciudadanos de ese país que necesitaran emigrar al país del Norte.
Si bien El Salvador ha puesto mucho empeño en la reconstrucción del país, sigue siendo lastrado su progreso por una pobreza aguda y unos niveles de violencia muy altos, aunque disminuyendo.
Donald Trump decidió eliminar con una sola firma el estatuto de protección que tenían casi 200 mil salvadoreños y salvadoreñas en Estados Unidos y les otorga 18 meses para abandonar el país.
Si no consiguen permanecer legalmente en el país a través de otros procesos de residencia, a partir de septiembre de 2019 las personas de El Salvador serán deportadas de los Estados Unidos.
Previamente habían sido cancelados los permisos temporales de unos 46 mil haitianos y también unos 2.500 nicaragüenses. Las autoridades consideran que los 18 meses son más que suficientes para que la partida a El Salvador no sea traumática para los refugiados.
Los esfuerzos del gobierno salvadoreño y de organismos de derechos humanos para la extensión del permiso de residencia fue infructuoso pese a haber miles de salvadoreños padres de hijos estadounidenses y con propiedades en el país.