La Paz, 10 jul (Prensa Latina) La presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, debía presentarse hoy ante fiscales por la investigación que se sigue en el país tras la millonaria compra de respiradores a sobreprecio en el contexto de la pandemia.
Sin embargo, justo ayer Áñez anunció por medio de un video, que más parecía parte de su campaña electoral que una explicaión por el estado de su salud, que estaba contagiada con la Covid-19.
La mandataria transitoria y su ministro de Gobierno, Arturo Murillo, debían declarar por haber autorizado una transacción fraudulenta, provocando un millonario daño al Estado.
‘La orden de compra (de los respiradores) vino desde Palacio Quemado’, sostuvo el exministro de Salud Marcelo Navajas el día de su detención por este hecho que generó un escándalo en el país en medio de numerosas críticas por el mal manejo de la pandemia.
En mayo pasado el gobierno de Bolivia entregó 170 respiradores de emergencia comprados a España, no aptos para tratar a pacientes con la enfermedad.
El presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Carlos Ibáñez, especificó que para una situación compleja, como por la que pasan los pacientes críticos de Covid-19, se requiere un equipo que asista en la respiración a la vez que controle el volumen de aire que ingresa a los pulmones y la presión que ejerce.
Por lo tanto los equipos entregados solo sirven para dar oxígeno por corto tiempo, y no podrían ser utilizados en unidades de terapia intensiva.
La comisión de fiscales creadas para investigar este caso determinó que el gobierno de facto pagó 250 mil dólares a la empresa contratista, mucho antes de efectuarse el proceso de adjudicación.
El precio acordado por cada equipo de asistencia, según el gobierno, fue de 27 mil 683 dólares y el país se comprometió a desembolsar alrededor de 4,7 millones en total, sin embargo la empresa española confirmó que los equipos que Bolivia compró solo cuestan alrededor de 10 mil dólares.
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