Ayer, mientras visitaba Cúcuta, el candidato presidencial colombiano Gustavo Petro, fue atacado mientras se dirigía en coche al parque Santander, donde iba a realizar un acto público con sus seguidores. La alcaldía había negado la autorización a la instalación de una tarima.
Personas reunidas en los alrededores del parque atacaron el vehículo en el que se desplazaba el exalcalde de Bogotá, rompiendo sus parabrisas. Al refugiarse en un hotel, Petro dijo “sabíamos que íbamos a tener problemas en Cúcuta (…) lo que aconteció aquí es que algunos funcionarios del Estado, empezando por el alcalde de Cúcuta, creyeron que con un decreto se podía violar la Constitución Nacional”.
Para luego denunciar que “tenían preparado el sabotaje violento”, puesto que Petro había denunciado “por asesinato y parapolítica al exalcalde de Cúcuta Ramiro Suárez Corzo”. “Que sigue gobernando desde la cárcel”, aseguró el dirigente de Colombia Humana.
El candidato aseguró que los saboteadores “llegaron en siete buses, cuyas placas no se conocen y la manifestación fue disuelta lamentablemente por la policía”.
El despliegue represivo también afectó a periodistas.
No es el único hecho de violencia que se ha vivido en Colombia a días de realizarse los comicios legislativos del 11 de marzo. Las FARC debieron cancelar su campaña electoral por las agresiones sufridas por sus simpatizantes y también el expresidente Álvaro Uribe fue insultado a su paso por Popayán, donde los estudiantes recordaron la militarización de la universidad del Cauca efectuada por el líder conservador, cuando reprimió la revuelta estudiantil, siendo presidente.