Nos negamos a seguir callados frente a los asesinatos permanentes de líderes sociales e indígenas que ocurren en Colombia. Desde que se firmaron los acuerdos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP el goteo de crímenes es incesante. 472 asesinados, entre líderes, activistas y defensores de derechos humanos o ambientalistas.
Este fin de semana en la vereda La Unión de Miranda, en el norte del Cauca, fue acribillado a balazos, Alexánder Cunda, destacado miembro de la comunidad indígena, quien en 2017 entregó las armas y fue uno de los tantos reintegrados en la vida civil de los exguerrilleros de las FARC.
El Cauca está atravesado por el paramilitarismo, que sumado a los militares, generan una situación explosivo para los pobladores de las zonas rurales, que viven situaciones de inseguridad permanente, convirtiéndose el departamento del Cauca en el más peligroso para los líderes sociales, con casi 100 víctimas mortales desde 2016.
Una vez más las comunidades indígenas y las organizaciones sociales y de derechos humanos vuelven a exigirle al gobierno de Iván Duque que proteja la vida de los dirigentes y se han convocado movilizaciones en, al menos, 32 municipios del país para pedir el cumplimiento de lo acordado para la paz.
Además de estas movilizaciones que comenzaron a realizarse en el día de ayer, se prevé que se movilicen los trabajadores estatales si no se acata su pliego de peticiones a la administración. También han convocado un paro los miembros de Dignidad Cafetera, aunque por el momento no hay fecha.
Los docentes volverán a salir a las calles los días 19 y 20 de marzo, mientras que en Caquetá, Córdoba y el Meta se realizarán protestas de campesinos cultivadores de coca. Los indígenas y afros del Cauca llamaron a una Minga por la vida para este fin de semana.
Sin embargo los medios colombianos solo hablan de las travesuras de Juan Guaidó y se preocupan por la falta de suministro eléctrico en Venezuela.