La propuesta conservadora de salir de la Unión Europea está resultando mucho más difícil de aplicar de lo que nadie esperaba. Al gobierno de Theresa May le está costando unos cuantos ministros.
En la medianoche del domingo renunció el ministro para el Brexit, David Davis y, al poco tiempo, decidió irse el secretario de estado, Steve Baker, ya que ambos consideran que se aprobarse el plan de Brexit que negocia May, Gran Bretaña se subordinará a Europa.
Pero esto no terminó aquí, el canciller Boris Johson también presentó su renuncia y en su carta de dimisión escribió que con el acuerdo el Reino Unido se convertirá “en una colonia”, al perder control sobre la economía europea y manteniendo una enorme dependencia de esta.
Quienes defendían y apostaron a la salida de la Corona británica de Europa parecen dar señales de arrepentimiento y abandonan el barco. Los puestos vacantes son ocupados por ministros de otras carteras, Jeremy Hunt pasa de salud a cancillería y Dominic Raab de Vivienda al lugar de Davis.
El sector más antieuropeo del Parlamento británico celebró la renuncia de Davis, ya que consideran el acuerdo pésimo. Este grupo oscila entre los 20 y 40 diputados, en caso de querer desplazar a May, no podrían hacerlo menos de 48 miembros del partido de gobierno.
May, hoy aseguró haber mantenido una reunión “productiva” con su nuevo gabinete y se mostró optimista sobre los avances que se vivirán esta semana. A su vez, defendió el acuerdo del viernes con la Unión Europea para la salida de Gran Bretaña como “el mejor posible”.
Que la libra esterlina haya tenido en 24 horas una caída del 0,35 % es una señal de la poca confianza que despierta la primera ministra en el sector económico, que calcula una fuerte caída de la libra respecto del dólar para los próximos días.