Estados Unidos aclaró que el acuerdo es un fracaso para los intereses de su país y que no quiere cambios cosméticos ni modernización, sino ajustes que repercutan de manera positiva en los estadounidenses y permitan cumplir con las promesas de campaña del presidente Donald Trump.
El Tratado que entró en vigor en 1994, eliminó prácticamente los aranceles entre Estados Unidos y México, lo que impulsó el comercio entre estos países.
Robert Lighthizer, Representante de Comercio Exterior y jefe negociador de Trump, se quejó del déficit comercial en México y recalca que, en sus 23 años en marcha, el TLC “ha destruido 700.000 empleos”.
El congresista demócrata Tim Ryan dijo en una rueda de prensa: “Muchos que perdieron trabajos encontraron nuevos, pero ganan el 20% menos, mientras que en México los salarios han caído el 9% desde el TLCAN, por lo que los mexicanos no puedan comprar más bienes estadounidenses”.
(El Telégrafo/ Milenio)
Escrito por: Katty Calahorrano