46.500 hectáreas se incendiaron en California, más de 20 mil personas debieron ser evacuadas, al menos 17 personas perdieron la vida y la situación de catástrofe continúa. En Santa Rosa, se pueden ver manzanas y manzanas de casas reducidas a cenizas por el fuego.
Cientos de personas están hospitalizadas, víctimas de las llamas y del humo de los incendios incontrolables.
En 2016 el Servicio Forestal estadounidense había advertido que durante los cinco años de sequía que vivía California habían matado más de 100 millones de árboles, una situación de emergencia que este año se ve cómo culminó. Los científicos especialistas del clima consideran que el calentamiento global causado por el ser humano jugó un papel importante en la sequía.
Sin embargo, la administración Trump se muestra insensible a estos fenómenos y así como deja a Puerto Rico sin electricidad, ni agua potable, el martes decidió terminar con el Plan de Energía Limpia que había promovido su antecesor, Barack Obama.
Scott Pruitt, director de la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA, por su sigla en inglés), hizo el anuncio junto con el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, durante una visita a una empresa de minería de carbón y construcción en Hazard, Kentucky. Así que ya no habrá control sobre la emisión de gases de efecto invernadero.
De modo que el gobierno de Donald Trump no solo no comulga con las ideas del acuerdo climático firmado en París, sino que promueven una mayor emisión de gases contaminantes.