La socióloga sugiere trazar una política pública orientada hacia la prevención del delito, priorizando el acceso a la educación, salud y vínculos sociales.
Punto Noticias.- Los problemas en el sistema penitenciario no tienen fin. La mañana del domingo 7 de enero del 2024, se conoció que el preso más peligroso del país, Adolfo Macías, alias ‘Fito’, se fugó de prisión. Una fuga que reventó la crisis carcelaria, que se extiende desde el Gobierno de Lenín Moreno, y convulsionó al Ecuador en la administración de Guillermo Lasso.
Para solucionar los problemas, el presidente actual, Daniel Noboa, ofreció construir dos nuevas cárceles. Una prisión estará en Pastaza y la otra en Santa Elena. Su construcción durará entre 10 y 11 meses. Es decir, para finales de 2024, estos centros ya estarán listos. “Es para todos los ‘Bukele lovers’. Debemos tener a las mejores compañías que diseñan las mejores cárceles haciéndolas aquí”, indicó Noboa.
Pero, ¿estas dos nuevas cárceles solucionarán los problemas? La socióloga Alejandra Delgado señala que “no necesariamente” porque no es solo un problema de estructura sino de cómo se concibe el sistema de rehabilitación social.
También agrega que la política pública tiene dos opciones: una visión orientada a encerrar a las personas que incurrieron en una actividad delictiva o tener un sistema que permita generar procesos de rehabilitación. “Por lo tanto, no tiene únicamente que ver con la infraestructura sino con la forma en que estamos orientando las miradas sobre el sistema penitenciario”.
¿Cómo describe la situación carcelaria en la actualidad?
Hay conflictos permanentes. Entre las principales complicaciones de las cárceles están la sobrepoblación penitenciaría, el acceso a servicios básicos y la dificultad de recibir visitas. Y esto incidente en un costo adicional para las unidades familiares, que no todas pueden asumir.
Además, hay complicaciones en el acceso a una dieta alimenticia nutritiva, que permita a las personas mantener un estado de salud adecuado. Y el acceso a acciones de rehabilitación social, que incorporen a las personas en los procesos y les den herramientas, para cuando cumplan las condenas.
Para solucionar la sobrepoblación penitenciaría, ¿sería recomendable construir las nuevas cárceles?
Efectivamente sí, existe una sobrepoblación penitenciaría, pero no se soluciona con la construcción de más cárceles sino con una identificación del problema. Debería haber una política, primero, orientada hacia la prevención.
Primero se debe buscar la prevención del cometimiento del delito. Y eso tiene que ver con los accesos, con los servicios que la población requiere en educación, salud, infraestructura sanitaria. Se debe crear vínculos sociales que le permitan a la población, en general, sentir que tienen respeto por las otras personas.
¿Otra acción prioritaria?
Evitar la reincidencia. Con los datos que salen, quienes hemos trabajado desde distintos observatorios con relación al tema penitenciario, podemos identificar que una cuestión común es la reincidencia del delito.
Esto tiene que ver con brindar a las personas privadas de libertad (PPL) herramientas para que puedan tener actividades productivas lícitas. Porque si no hay reinserción económica para los PPL, luego no resulta extraño que haya reincidencia del delito. Entonces, debemos enfrentarnos a la política pública, a las preguntas que nos hacen esclarecer que no es solo un problema de la estructura. ¿Hay hacinamiento? Sí, pero el problema no se resuelve con nuevas cárceles.
¿Las bandas se siguen consolidando dentro de las cárceles?
Sí. Existen varias fragmentaciones de las organizaciones, por la situación que atraviesa Ecuador. Lo importante es saber que el sistema de clasificación penitenciario pasa por un criterio de bandas. Es decir, el sistema de clasificación no está dado por el tipo de delito. No se clasifica a los PPL por la cualidad de la infracción. Hay una adscripción a las distintas bandas.
Con este panorama que describe, ¿qué debería hacer el presidente Noboa?
El problema implica cambios estructurales. Los PPL deben ser dignificados en sus más elementales condiciones de vida. Después de ver todas las masacres penitenciarias, los organismos de derechos humanos han indicado que los PPL han muerto bajo la custodia del Estado. Entonces, se requiere hacer unas profundas transformaciones, que van a requerir años, pero también hay cuestiones que se pueden transformar y cambiar de forma inmediata.
¿Por ejemplo?
Mayor transparencia en el acceso a las visitas. Dignificación de la visita para el PPL. Pueden ser señales claras de que al Ecuador le interesa generar condiciones distintas, que rompan el ciclo de la violencia. Como digo, los cambios necesitan años, pero eso no significa que no se puedan dar señales contundentes de que se puede dignificar y generar una política de verdadera rehabilitación social.