Se les cayó la reestructuración de la Asamblea Nacional que empujaron los bloque de oposición (CREO, SUMA, BIN), junto con la bancada de gobierno (AP), y con la que pretendían ocupar espacios de autoridad y decisión, en los que están ahora los llamados “correístas”.
Ante lo difícil que resultó llegar a consensos para la repartición de los cargos en las vicepresidencias del Parlamento, puestos en el Consejo de Administración Legislativa (CAL) y presidencias de comisiones, el asambleísta Raúl Tello, autor de la moción para la recomposición parlamentaria, tuvo que retirarla.
Aunque argumentó que lo hacía para evitar la anarquía y desestabilización en la legislatura, también admitió que su propuesta dio paso a la voracidad de los intereses personales y de grupo.
Ahora, los asambleístas del oficialismo sostienen que para ellos la reestructuración legislativa no es prioridad y están de acuerdo con que la Asamblea continúe trabajando como está estructurada, según señaló Kharla Chávez.
Los parlamentarios de la Revolución Ciudadana, ex AP, rechazan los comentarios de que el fracaso de la reestructuración es la consecuencia de un acuerdo con los morenistas. Juan Lloret asegura que no es así, que ellos estuvieron dispuestos incluso a ceder sus espacios.